Cómo un diseño práctico para soldados, se convirtió en un símbolo de poder, estatus y feminidad a lo largo de la historia
Escrito por Daiana Villagra, diseñadora y modelista de calzado y Asesora de Imagen, Zárate, Bs As, Enero 2025
Los orígenes del zapato de taco es sorprendente para muchos, ya que no nacieron como un accesorio femenino, sino como una herramienta funcional para los hombres.
Su historia se remonta al Siglo XV, cuando los soldados persas comenzaron a utilizarlos como una solución práctica para montar a caballo. El taco permitía que los pies se mantuvieran firmes en los estribos, evitando accidentes durante las batallas.
Este diseño práctico cruzó fronteras cuando, en el siglo XVI, los persas emigraron a Europa, llevando con ellos esta innovación.
En Europa, los tacones dejaron atrás su función práctica y se transformaron en un símbolo de estatus, inicialmente adoptados por los hombres. Los españoles, por ejemplo, valoraron su utilidad para cabalgar, pero también los usaron por la altura, creían que esto proyectaba autoridad y elegancia.
En las cortes europeas, la aristocracia adoptó rápidamente este calzado, y fue el rey Luis XIV de Francia quien lo popularizó de manera definitiva hacia 1673. Luis XIV incluso instituyó un decreto que reservaba los tacones rojos exclusivamente para los nobles, consolidando este estilo como un emblema de poder y prestigio.
El historiador Philip Mansel, en su libro Dressed to Rule, señala que la moda en la corte de Luis XIV era una herramienta de control político, y los tacos rojos eran "un recordatorio constante del poder absoluto del rey".
Luis XIV de Francia, el Rey Sol, con elegantes zapatos de tacón rojo (1701).
Desde la antigüedad, el rojo se vinculó con la riqueza y el poder debido a la dificultad y el costo de producir pigmentos rojos. En el Renacimiento y el Barroco, las prendas teñidas de rojo intenso eran exclusivas de la nobleza, ya que los tintes provenían de insectos como la cochinilla, que eran muy costosos de recolectar y procesar.
El rojo también simbolizaba valentía, fuerza y la capacidad de defender el reino. En el caso de Luis XIV, conocido como el "Rey Sol", el rojo representaba su autoridad absoluta como líder militar y político.
Paralelamente, en ciudades como Venecia, apareció otro tipo de calzado conocido como chopines. Estas plataformas, que podían alcanzar alturas extremas de hasta 50 centímetros, se convirtieron en un símbolo exagerado de estatus social. Entre más altos eran los chopines, mayor era la cantidad de tela que se necesitaba para los vestidos que los acompañaban, y en ese momento las telas no eran accesibles, lo cual demostraba riqueza. Quien pudiera usar ese tipo de calzado era alguien perteneciente a la clase privilegiada.
Además, la dificultad para caminar con ellos indicaba que quienes los usaban no realizaban tareas físicas ni trabajos diarios, reforzando esto la imagen de elite y ocio.
Chopines, Italian,1550-1650
Chopines venecianos del siglo XVI: plataformas que elevaban el estatus social.
A medida que avanzó el tiempo, los hombres comenzaron a abandonar el uso de tacones, ya que la moda masculina optó por estilos más prácticos y funcionales. En contraste, los tacones pasaron a asociarse progresivamente con la moda femenina, convirtiéndose en un símbolo de elegancia y estilo que perdura hasta nuestros días.
La evolución del zapato de taco refleja cómo un diseño práctico nacido de la necesidad se transformó en un poderoso símbolo de estatus y moda. Desde los campos de batalla en Persia hasta las cortes de la aristocracia europea, el taco ha trascendido culturas y épocas, adaptándose a los cambios sociales y estéticos.
Más allá de su diseño, los tacos son un espejo de las sociedades que los adoptaron.
En el pasado, representaban autoridad y exclusividad; en el presente, se han convertido en una herramienta de expresión personal y, para muchas mujeres, un símbolo de empoderamiento, sofisticación y moda, mientras que para otras son algo incómodo que no usarían nunca. Este objeto aparentemente trivial ha sido capaz de desafiar y reforzar, a la vez, las normas de género, cuestionando lo que significa ser masculino o femenino según el contexto histórico.
Por último, el taco nos plantea preguntas más amplias sobre la moda y su impacto social: ¿qué otros objetos han jugado un rol tan importante en la construcción de nuestra identidad cultural? ¿Qué nos dice esto sobre cómo la sociedad define el poder, la belleza y la igualdad?
En ese sentido, los tacos no son solo zapatos; son narradores de nuestra historia colectiva, y su recorrido nos inspira a mirar con nuevos ojos los elementos cotidianos que nos rodean, reconociendo en ellos un potencial transformador que a menudo pasa desapercibido.